WILLIAM JAMES Y PSICOLOGÍA DE LA CONCIENCIA - Parte I

“WILLIAM JAMES 
PSICOLOGÍA DE LA CONCIENCIA”


"Para ser radical, un empirista no debe admitir en sus construcciones ningún elemento que no sea obtenido directamente con la experiencia, ni excluir en ellas ningún elemento que sea obtenido directamente con la experiencia"
                                                                                           
                                                                                                                                                           William James.



CAPITULO I

I.              WILLIAM JAMES “PSICOLOGIA DE LA CONCIENCIA”
1.    ANTECEDENTES DE WILLIAM JAMES
El interés por las experiencias interiores paso de moda cuando la Psicología empezó a preocuparse más por los descubrimientos del psicoanálisis y el conductismo.
Actualmente los investigadores que se interesan por las implicaciones que traen las alteraciones de la conciencia, están volviendo la mira hacia Williams James quien realizo investigaciones en estos campos.
James reconoció la necesidad d diferentes modelos para entender los distintos tipos de información y se preocupó por aclarar los problemas. Sus teorías Filosóficas constituyeron el Prólogo para el desarrollo de la Psicología.
James estaba convencido de que ningún investigador podía ser objetivo asumiendo una gran responsabilidad por sus actos trabajando apasionadamente en pro de lo que defendía.
En el área de la Psicología se atribuye a James la paternidad del Funcionalismo, escuela que subraya la importancia de estudiar la finalidad de la conciencia. El Funcionalismo sirvió de inspiración a los avances de la psicología aplicada en sus diversas ramas (Psicología industrial, la creación y administración de test de inteligencia, la Psicología educacional, etc.).
James abrió nuevos caminos de explotación para la Psicología al publicar en 1890 su obra clásica en dos volúmenes “PRINCIPIOS DE LA PSICOLOGÍA”. Entre sus temas incluía la sensación, la percepción, Las funciones del cerebro, Los hábitos, el fluir de la conciencia, El sí mismo, La atención, La memoria, El pensamiento, La emoción y la Voluntad. En todas estas áreas James fue precursor que se anticipó a gran parte de las perspectivas Psicológicas del siglo siguiente.
James fue un miembro de una familia distinguida y talentosa. Su padre Henry James, prominente seguidor del místico y científico sueco Emmanuel Swedenborg, fue uno de los escritores de temas políticos y religiosos más controvertidos del siglo XIX(Habegger,1994).su hogar era un semillero de nuevas  ideas .William James se convirtió en un orador apasionado y talentoso en una familia que premiaba y exigía esas destrezas. Su hermano, Henry James, más introspectivo que William, se hizo famoso como uno de los grandes maestros de la literatura. Los hermanos mantuvieron una comunicación constante y siempre fueron devotos admiradores y críticos penetrantes de su trabajo.
James conocía a la mayoría de los filósofos, investigadores, escritores y educadores más influyentes de la época y mantenía correspondencia con varios de ellos. A menudo reconocía su deuda con un pensador u otro, pero no fue discípulo de ninguno, tal vez con la sola excepción del filósofo francés Charles Bernard Renouvier, cuyas ideas sobre el libre albedrio fueron la causa inmediata de la recuperación de James. El enfoque de Renouvier  a otros espinosos problemas metafísicos influyo en el pragmatismo de James. En psicología, lo impresiono el trabajo experimental de Wilhelm Wundt y Hermann Helmholtz en Alemania; las investigaciones con niños de Alfred Binet y con enfermos mentales de Jean Martin Chacoteen Francia; las ideas acerca de la naturaleza del self de Alexander Bain, en Escocia, y Frederic Myers, en Inglaterra; así como el análisis de las experiencias religiosas del canadiense Maurice Bucke.Jamesleia mucho y sazonaba su trabajo con largas citas de cientos de escritores.
Tymoczko(1996)afirma de manera convincente que desde una reseña muy temprana y anónima (James,1874)hasta su último ensayo (James,1910),el interés de James por los estados de conciencia inusuales y su defensa del valor de las convicciones más que su validez absoluta fueron el resultado, al menos en parte, de su experiencia y las meditaciones acerca de los efectos del óxido nitroso (gas hilarante)sobre su propio estado mental.

1.2. BIOGRAFIA DE WILLIAM JAMES
William James nació en la ciudad de Nueva York en 1842. Fue el mayor de cinco hermanos, cuatro hombres y una mujer, hijos de Henry James y Mary Walsh.
El abuelo paterno de James, inmigrante irlandés y calvinista ortodoxo, fue un
ciudadano prominente de ese Estado. Gracias a sus cualidades personales obtuvo importantes éxitos económicos, lo que le permitió legar a cada uno de sus hijos una fortuna que les facilitó alcanzar una condición social aventajada.

Gracias a su herencia, el padre de William se vio liberado de realizar trabajos
remunerados y utilizó gran parte de sus recursos en la formación de sus hijos. Henry fue un hombre excéntrico, que no heredó ni el interés por los negocios ni el fervor religioso de su progenitor. Se declaraba un académico profesional y estudiante eterno. Ocupaba su tiempo en leer, escribir y en una activa vida en el hogar, reunida en torno a los logros y actividades de cada uno de los miembros de su familia. Tuvo un considerable interés por temas filosóficos y una notable cualidad para establecer amistad con los más grandes pensadores de su época, tanto en Norteamérica como en Europa. Con el don de la conversación y una gran habilidad para el debate, en su residencia compartieron frecuentemente junto a la familia personalidades como Ralph Waldo Emerson, Thomas Carlyle, Henry David Thoreau y J. J. Wilkinson, entre otros. De tal suerte que Henry James influyó y moldeó profundamente la personalidad de cada uno de los miembros de su familia, ya que, y al decir de ellos mismos, “no había nada más entretenido ni interesante que lo que ocurría a su alrededor”.

La familia James residió en Europa en sucesivas oportunidades, fundamentalmente en Inglaterra, donde Henry se ocupaba personalmente de los tutores para cada uno de sus hijos. Como resultado de estas experiencias, todos ellos desarrollaron un auténtico carácter cosmopolita. A la edad de 19 años William hablaba cinco idiomas e identificaba de manera notable las diferencias culturales entre Norteamérica e Inglaterra, y también las características propias de los grandes 14 países de Europa central. Este elemento es distintivo en su obra y se encuentra también en la de su hermano, el destacado novelista Henry James. La participación y el entusiasmo del padre en la formación de sus hijos tuvieron por resultado que William desarrollara un gran apego hacia su progenitor, elemento que ha sido fuente de diversos análisis por parte de los estudiosos de su vida.

En el plano de esta aproximación a la persona y el pensamiento de William James, es imposible no hacer una escueta referencia a la relación que sostuvo con su hermano Henry, el excepcional novelista. A través de la lectura de la correspondencia que la familia James sostuvo durante años se observa que el
carácter de William fue totalmente distinto del de su hermano. Se dice que William manifestó desde pequeño una personalidad extrovertida, la cual, a través del encanto con que expresaba su curiosidad y de una extraordinaria facultad de expresión, le hacía destacar en las reuniones familiares. Entraba rápidamente en el debate de turno y reflexionaba abiertamente acerca de los más variados temas.

Ello complementaba con la personalidad del padre, de manera tal que William parecía liderar entre ellos durante su infancia. No obstante, hay numerosas referencias del entrañable cariño que la madre manifestaba hacia Henry, por considerarlo literalmente “un ángel”. Henry fue un niño que no daba problemas y que desde pequeño manifestó una sensibilidad particularmente desarrollada, lo cual le hacía parecer más débil frente a un hermano mayor con una personalidad sumamente atractiva. De adultos, a través de la correspondencia entre ambos, se observa de qué manera William deseaba tener parte en la producción creativa de Henry. Por ejemplo, le hacía fuertes críticas respecto de sus novelas, en relación con el desarrollo de los caracteres de los personajes, el ritmo del relato y los temas escogidos. A ello Henry replicaba escuetamente, con sincero afecto, volcándose hacia noticias respecto de amistades comunes y nuevos proyectos. Es curioso que la carrera de ambos comenzara el mismo año, durante el cual tanto William como Henry publican sus primeras obras de tan distinta naturaleza. Henry vivió gran parte de su vida adulta en Inglaterra, lo que lo mantenía alejado de la activa vida familiar que seguía su curso en la residencia de Norteamérica. Una carta de Henry James padre a su hijo Henry, al momento del fallecimiento de la madre, es 15 verdaderamente emocionante por la forma en que le agradece la dedicación que le entregó a ésta durante su enfermedad, y donde se observa el gran espacio que él ocupaba en su corazón.

William inicia su formación adulta en las artes. Desde pequeño había demostrado grandes dotes para el dibujo y, durante una estadía en Bonn —donde se encontraba aprendiendo alemán y ciencias en la casa de su tutor—, comunica a su familia la decisión de iniciar estudios formales de pintura. Su padre, si bien no comparte la idea de que esta decisión fuese acertada —toda vez que, a su juicio, el joven presentaba también grandes dotes de reflexión científica—, lo autoriza, continuando con su estilo de dar libertad a sus hijos en la búsqueda de sus vocaciones. Después de un año de esta incursión en los estudios de arte, William decide no proseguir por este camino ya que ha descubierto que no está lo suficientemente dotado para ello.

Es así como, posteriormente, se inscribe en el Lawrence Scientific School, en el
College de Harvard, donde estudia Química y luego Anatomía Comparada, lo cual era, a su vez, un curso preparatorio para la escuela de medicina. Después de poco más de un año en Cambridge, su delicado estado de salud le obliga a volver a su casa paterna y durante varios meses de reposo se dedica a leer ciencias, filosofía y literatura. En 1863 vuelve a la universidad para continuar sus estudios de Anatomía. Comparada y, más tarde, se decide a entrar de lleno en la escuela de medicina.

Termina estos estudios en 1869 habiéndolos interrumpido en dos oportunidades: la primera para incorporarse en la expedición que el gran naturalista norteamericano Louis Agassiz organizó para recoger especímenes en el Amazonas; la segunda, por una estadía en Alemania, donde estudió fisiología.
En este último sitio, como consecuencia de su débil salud que le inhabilitaba para realizar los trabajos de laboratorio, se dedica a leer extensamente acerca del sistema nervioso y sobre psicología, filosofía y literatura. Sus biógrafos coinciden en que esta experiencia le permite obtener una formación liberal que de otra forma no habría logrado en Harvard. James describe su paso por las investigaciones en 16 fisiología como un gran complemento a sus estudios introspectivos, los que, al decir de él mismo, le produjeron un estado de “hipocondría filosófica”.
Durante este período duda de que la fisiología pueda entregar la clave para los
estados mentales y concluye que los estudios de la mente se pueden abordar
directamente a través de la auto observación. A consecuencia de ello se dedica
particularmente al estudio de la psicología y la filosofía, las dos disciplinas en las cuales se distinguiría posteriormente. El propio James, sin embargo, no visualiza en su momento este período en Alemania como productivo, ya que vuelve a Norteamérica y a sus estudios en Cambridge muy deprimido y descorazonado. De hecho, sus más destacados biógrafos consideran que detrás de esta gran inquietud por formarse en los más importantes tópicos de las humanidades se observa un carácter melancólico y triste.

En 1872 es invitado a dictar clases de Anatomía Comparada y Fisiología en la
Universidad de Harvard. A partir de 1875 ofrece el primer curso de Psicología y
Fisiología para luego hacerse cargo de las actividades en Psicología, ya que a la fecha no había profesores que enseñaran esta especialidad en las universidades norteamericanas.

En 1878 publica su famoso libro “Principios de Psicología”, una obra monumental que, hasta hoy, es considerada por muchos como el trabajo más legible y provocador de psicología en el ámbito mundial. Curiosamente, al momento que concluye este texto, James se traslada a hacer docencia en el área de la filosofía, profundizando en las ideas del pragmatismo y el empirismo.

Se cuenta que Wilhelm Wundt, al leer este libro, dijo que lo consideraba un excelente libro, pero no de psicología. La psicología de Wundt se orientaba a lo
observable de la conducta humana: sólo ello era digno de escrutinio científico y, sin duda, esto no se encuentra en el libro de James. Por ese tiempo, a su vez, la influencia de la psicología de Wundt llegó a Norteamérica con Edward Tichener y otros, precursores intelectuales del conductismo de Skinner y Watson, que luego 17 hicieron suya esta perspectiva. En ese contexto, la auto percepción y la mirada interior —que tan brillantemente desarrolla James respecto de los estados mentales en todos sus escritos— no tenía ningún rol. Durante ese período la psicología deseaba ser científica en el más clásico de los sentidos: se imponían los trabajos de laboratorio, se desarrollaron los primeros tests psicológicos y la noción del dualismo mente/cuerpo se encontraba muy arraigada. Estas ideas no correspondían para nada a la mirada de James, para quién una psicología que hiciera esa división no podía aspirar a explicar la complejidad de la mente humana. Tal como se le atribuye haber dicho en alguna oportunidad: “la observación introspectiva es de lo cual dependemos en primer y último lugar”.

Las biografías de James recogen en detalle sus cartas, ya que los miembros de toda la familia, aunque estuviesen separados geográficamente, permanecían
estrechamente comunicados epistolarmente. Y es precisamente en éstas donde se descubre el relato de las experiencias que marcan el inicio de sus ideas más
originales. A través de ellas se comprende claramente que su interés no está en la psicología experimental y que no se aviene a la idea de separar la mente y el
cuerpo para su estudio. Relata una experiencia de miedo a la muerte tan enorme que le tuvo por meses imposibilitado de salir de su hogar de noche, por el temor que le producían los espacios oscuros y abiertos, e indica que algunos textos religiosos fueron los que, a su juicio, le permitieron recobrar la salud mental. Esta crisis emocional, o quizás espiritual, de James ha sido profusamente analizada, tanto desde perspectivas físicas como psicológicas, ya que, por lo que él mismo indicó, las ideas que desde esa fecha le tranquilizaron son la base de la filosofía práctica que desarrolló posteriormente.

En la fuente de toda la dedicación de James por la psicología y la filosofía se observa permanentemente una inquietud en torno al papel que juegan las creencias en las personas. Habiendo crecido lejos de una educación formal en este plano, es decir, sin la costumbre de tener una denominación religiosa familiar, asistir a misa o rezar —por expresa decisión de su padre—, analiza estos procesos internos desde una perspectiva muy libre. En efecto, es notable la forma en que fue capaz de 18 recoger y expresarse abiertamente acerca de cualquier fenómeno o experiencia mental, aunque éstos se estrellaran contra los principios y la mirada de sus contemporáneos.

Es por ello que la “religiosidad” de James (si es que podemos llamarla así) se
expresa siempre matizada del pensamiento racional, factor que le da una peculiaridad y, hoy en día, una gran actualidad a su estilo. No obstante, paradójicamente, la riqueza de su perspectiva es justamente la mayor debilidad de sus planteamientos filosóficos y religiosos. Esto último se recoge claramente de las conferencias que dio en la Universidad de Edimburgo. En ellas propone que para entender al otro es necesario tener familiaridad con su vida personal. Ello es clave en el pensamiento de James, ya que toda su obra está fuertemente impregnada de su experiencia personal, todo lo cual tuvo por resultado que su personalidad adquiriera más influencia que los principios que propuso en sus escritos. Es así como, respecto de su pensamiento religioso, James defendió la idea de que la experiencia se encuentra por sobre los principios abstractos como el eje de la vida religiosa, e invitó al lector y auditor a reflexionar respecto de que, si bien las teorías y los credos religiosos pueden ser ficticios, la vivencia religiosa como tal cumple una función medular en la vida de cada persona.

Su libro “Variedades de la Experiencia Religiosa” (1902) es considerado la quintaesencia de James, tanto por el énfasis que pone en la individualidad y las
emociones, como por la simpatía con que se aproxima a la comprensión del sufrimiento humano y sus excentricidades. En el libro destacan los hechos por sobre las abstracciones y los conceptos, apoyándose latamente en los relatos de personalidades religiosamente extravagantes y de otras, como San Juan de la Cruz, llenas de misticismo.

Según James, todos los seres humanos desean creer en un universo donde la verdad puede ser conocida y donde el bien puede existir, ya que sin la posibilidad de encontrar la verdad y practicar el bien las decisiones morales serían ejercicios fútiles. A su juicio, un universo como ese, sin embargo, no puede ser defendido 19 exclusivamente a través de la razón o la lógica, y sólo puede existir para nosotros si tenemos fe, si mostramos un apasionado deseo por la verdad y el bien, sólo si deseamos creer que esas cualidades son reales.

Su libro “La Voluntad de Creer” (1897) lo dedica a Charles Peirce, amigo desde principios de 1870 en Cambridge, donde participaron de un grupo que en algún momento denominó su filosofía como “pragmatismo”. En cierta oportunidad James describe esta filosofía como “una manera muy inglesa de investigar un concepto”, básicamente la de buscar su valor para la experiencia. Dicho de otro modo, el método para llevar adelante un análisis en el cual la importancia radica en la diferencia concreta que hace para alguien la definición verídica del concepto.

La personalidad y la filosofía de James hicieron una gran contribución al pensamiento norteamericano. Influyeron en educadores como John Dewey —con quién mantuvo una sostenida relación por más de veinte años— y, a la vez, en sus lectores, estudiantes y auditorios por más de treinta y cinco años, durante los cuales ejerce como profesor y destacado conferencista. Fue presidente de la Sociedad Americana de Psicología y de la de Filosofía, y profesor honorario de Harvard, Yale y Princeton. Efectivamente, de alguna manera, en la personalidad y en el pensamiento de James reconocemos algunos de los valores a que aspira la cultura norteamericana: la idea de que en esta vida, tanto en la teoría como en la práctica, hay que tomar partido, creer en algo y luchar por lo que se piensa aún a riesgo de estar equivocado.

A los 36 años, William James contrajo matrimonio con Alice H. Gibbens, a quién
había conocido dos años antes a través de un amigo. En ella encontró una compañera a la cual comunicó sus ideas y con la que compartió una activa vida
familiar a través de la crianza de sus cinco hijos.

William James murió en su casa de verano en Chocorua, Nueva Hampshire, el 26 de Agosto de 1910, rodeado de la naturaleza indómita que había amado desde niño.

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